LOS LINKS DE IRLANDA

Se ha calculado que, a día de hoy, el golf se juega en más de 30.000 campos a lo largo de los cinco continentes. De ellos, escasamente 250 son auténticos links. Y, dentro de éstos, más de 50 se encuentran en la isla de Irlanda, entre ellos, algunos de los más famosos y reconocidos en todo el mundo. En consecuencia, es más que comprensible que cualquier monografía sobre el golf en Irlanda dedique una atención preponderante a este tipo de recorridos.

Los links constituyen, pues, una auténtica rareza, no sólo desde el punto de vista puramente cuantitativo, sino también geológico -su formación deriva de los periodos glaciales-, ya que sólo en determinadas latitudes y en lugares muy particulares se pueden dar las condiciones aptas para este tipo de campo.

Una típica estampa de un links. Dooks, Condado de Kerry.

Las características prototípicas de los links son conocidas, en mayor o menor medida, por cualquier golfista medianamente avezado: así, nos hallaremos, en todo caso, ante una franja de tierra próxima a la costa, normalmente caracterizada por un terreno ondulado, y provisto de dunas, con un  suelo arenoso y firme en el que crecen determinadas variedades de hierba casi exclusivas, espesas y abigarradas, como la festuca, normalmente ausente de árboles, y minado, aquí y allá, por pequeñas y profundas trampas de arena, los temibles “pot bunkers”…. y, siempre o casi siempre, azotado por los vientos marinos.

La rareza de este tipo de campos y su especial idiosincrasia hacen que ningún jugador con un mínimo de amor por el golf pueda dejar pasar la oportunidad de enfrentarse al reto que se le ofrece, ya que, aparte de que demandan un tipo de juego distinto del que normalmente practicamos, en ellos se halla la historia y la esencia misma del juego que nos apasiona.

Y, si bien es obligado reconocer que la cuna del golf está en Escocia, con Saint Andrews al frente, también es cierto que en Irlanda encontramos algunos de los campos links más auténticos y espectaculares, desde la naturalidad de Portmarnock o Baltray en la costa Este hasta la espectacularidad del paisaje de Ballybunion o Waterville en Kerry, pasando por la rústica belleza de Enniscrone o Carne en el Noroeste hasta llegar a los archifamosos Royal County Down o Royal Portrush en Irlanda del Norte.

En definitiva, recorridos que no puede dejar de visitar al menos una vez en su vida y que, por ello, hacen que cualquier incursión golfística en la isla esmeralda haya de incluir algunos de estos míticos links.