La sensación al llegar a Dooks es la de adentrarse en un lugar especialmente remoto y apartado, a lo que contribuye su situación en el corazón de la bahía de Dingle, flanqueado por montañas peladas por la acción de las casi siempre presentes tempestades atlánticas.

En lo que se refiere al golf, y a pesar de una relevante renovación efectuada por Martin Hawtree en 2002, Dooks mantiene su imagen de campo vetusto, que nos permite formarnos una idea de cómo sería este juego en los momentos en que los pioneros de este deporte hicieron volar las primeras bolas en este lugar, allá por los años ochenta del siglo XIX. Sólo la existencia de una moderna –y funcional- casa club rompe en cierta medida el encanto de pequeño club de pueblo; todo lo demás es natural y sin adornos, desde los tees hasta los carteles de los hoyos, pasando por el diseño de los hoyos y para acabar con la propia mascota y emblema del club, que es, ni más ni menos que un sapo (el netterjack toad), especie protegida que se puede encontrar en estos links.

La bandera del hoyo 1 de Dooks, agitada por el viento.

También es importante saber que el campo cuenta, por todo terreno de práctica, con un pequeño green cercano al primer tee, ni asomo de driving range, por razones mitad económicas y mitad de espacio, tal como explican los siempre amables empleados del club… de modo que mejor calentar con un café o una Guinness tibia en la casa club y darse un muligan para empezar.

En cuanto al recorrido, y como es fácilmente imaginable, el viento juega un papel preponderante, más incluso que en otros links irlandeses, dado su emplazamiento en un auténtico embudo por el que se cuelan desde húmedas brisas hasta verdaderas galernas…  De este modo, la dificultad de los hoyos vendrá marcada en muchos casos por su orientación, de lo que es ejemplo el brutal hoyo 18, con el añadido de que normalmente se jugará con el viento imperante de cara.

Otra estampa de Dooks, con la bahía de Dingle al fondo.

En definitiva, Dooks es uno de los destinos que no le defraudarán en su viaje a Irlanda, si está dispuesto a asumir con humildad las dificultades de este juego, y siempre disfrutando, eso sí, de una naturaleza imponente y sin adulteración alguna.

Tarifas: 80 €, aprox.

Página web: www.dooks.com