El club de golf de Carne participa de la naturaleza sencilla y austera de muchos de los campos de la zona Oeste de Irlanda, si bien ello no le ha impedido ser reconocido como uno de los recorridos de reciente construcción más aplaudidos no sólo de Irlanda, sino de las islas británicas.
Su fundación data de mediados de los 90, y su diseño corrió a cargo del más prolífico de los arquitectos irlandeses, Eddie Hackett, quen, ya entrado en sus ochenta, encontró en este links un terreno creado a medida para el golf, como él mismo supo siempre reconocer, de modo que su labor se encaminó a alterar lo menos posible el lienzo sobre el que hubo de trabajar.
El club se encuentra en un punto absolutamente aislado, en la península de Belmullet, condado de Mayo, lo que contribuye a que, a pesar de su creciente fama, sean muchos quienes se lo piensan mucho antes de aventurarse a un lugar tan remoto y precariamente comunicado.
Sea como fuere, su aislamiento es lo que le confiere parte de su carácter y encanto, algo a lo que contribuye también, obviamente, el propio terreno, accidentado y rugoso como en ningún otro links, y la sabia filosofía minimalista de Hackett.
Ese carácter muscular y abrupto del campo, que le atribuyen sus dunas gigantes y las rugosidades del terreno, se hace presente, en especial, en los segundos 9, que gozan, además, de espectaculares vistas del Atlántico y de la bahía de Blacksod. Y, dentro de esos hoyos de vuelta, merecen ser destacados el 16 y 17: el primero de ellos es un fotogénico par 3 que se juega desde un tee elevado hacia un green comprimido entre dunas, y el segundo, el hcp. 1 del campo, es un par 4 en el que el reto esencial es poner la bola en una estrechísima calle rodeada de colinas altísimas.
Tal vez el único «pero» que se le pueda poner a Carne deriva precisamente de la idiosincrasia del terreno, lo que obliga a trayectos algo más largos de lo habitual entre green y tee, y hace de la vuelta un ejercicio más arduo que un simple paseo.
No obstante, ello no impide que Carne haya sido aclamado como una de las obras maestras de Hackett, y otro de los campos en que, al igual que Enniscrone o Connemara, más se puede disfrutar del golf dentro de un entorno rural y solitario y por un precio asequible.
Tarifas: 35-65 €, dependiendo de la temporada.