Hablar de Portmarnock es hablar del golf irlandés con mayúsculas; de hecho, ningún otro recorrido en la isla ha sido huésped de tan importantes torneos y, a la vez, testigo de las gestas de jugadores de la altura de Bobby Locke, Arnold Palmer, Ballesteros, Langer, Olazábal o Woosnam, entre otros muchos.
Efectivamente, el club es uno de los más antiguos y venerables de toda Irlanda, y ha sido la sede de innumerables Abiertos de Irlanda, así como de otras competiciones de prestigio, tales como la Canada Cup (actual Campeonato del Mundo de países) de 1960, ganada por el equipo estadounidense, o la Walker Cup del año 1991, así como otros torneos amateurs de distinta índole.
El recorrido actual, que ha sufrido pocas variaciones desde su inauguración en 1894, fue construido aprovechando un terreno cedido en arrendamiento por la familia Jameson, propietaria de la tierra, mundialmente famosa por la producción de uno de los más conocidos whiskies irlandeses.
Así pues, el Old Portmarnock, no confundir con su vecino de igual nombre, el Hotel & Golf Links, mucho más reciente, se ubica en una lengua de tierra entre el Mar de Irlanda y la población de la que recibe el nombre, enfrentado a la península de Howth, y pocos Kilómetros al Norte de Dublín.
Al acercarnos al club, a una cierta distancia, se destaca únicamente la pintoresca casa club, con sus reconocibles tejados rojos, y, una vez en la misma, es imposible sustraerse a la historia que se concentra dentro de sus paredes.
En cuanto al recorrido en sí, se caracteriza por dunas no muy elevadas y por la ausencia de desniveles, siendo su mayor dificultad la que procede de la influencia del viento, que pocas veces falta a su cita con el jugador, así como de un buen número de búnkers siempre estratégicamente posicionados y de sus complicados greenes.
Entre sus hoyos, aunque sea complicado hacer especial mención entre ellos, se ha destacado tradicionalmente, no sin razón, los que constituyen el final de la vuelta, en especial desde el 14: tres pares 4 (14, 17 y 18), un par 5, el 16, y un par 3, el 15, paralelo a la playa y con una longitud próxima a las 200 yardas, que representa un reto cuando el viento sopla cruzado, lo cual ocurre casi siempre.
La ronda concluirá con un par 4 largo y recto que acaba en un green protegido por 3 trampas de arena, desde el que sólo queda regresar a la casa club, distante sólo unos pasos, para disfrutar de la clásica hospitalidad irlandesa, aunque, eso sí, a precios algo más elevados en este caso.
Página web: www.portmarnockgolfclub.ie
Tarifas: 175 € (115 € en temporada invernal).