County Louth, o Baltray, tal como se le conoce por razón de la pequeña localidad junto a la que se ubica, es, posiblemente, el segundo campo más célebre de la costa Este irlandesa, sólo superado por el venerable Portmarnock.
Y, aunque sigue siendo un gran desconocido para la mayoría del público, a pesar de haber sido reciente sede del Irish Open –en 2009, con victoria de Shane Lowry- , ello no ha sido óbice para ser reconocido en numerosas revistas y publicaciones especializadas como uno de los links más destacados, no ya sólo de Irlanda, sino de las Islas Británicas.
Se halla ubicado unos 50 Kilómetros al Norte de Dublín, cerca de la ciudad de Drogheda, en una zona costera aislada, algo que redunda en la sensación de tranquilidad que se respira en todo el recorrido.
Baltray es, sin lugar a dudas, uno de los campos de referencia en Irlanda, pero no destaca precisamente por la espectacularidad de sus hoyos (no encontramos, en general, las dunas gigantes de otros campos, en especial en la costa Oeste), ni por tratarse de un recorrido especialmente escénico, a lo que contribuye también que el mar no aparece tan presente como en otros de sus vecinos irlandeses. Sin embargo, se trata de una exigente prueba de golf, y algunos hoyos son dignos de figurar entre los más especiales de toda la isla, en especial algunos de sus pares 3.
El diseño se atribuye a Tom Simpson, en los años 30 del pasado siglo, puesto que fue él quien acometió una profunda reforma del recorrido existente; sin embargo, desde entonces, los cambios sólo han ido destinados, como en tantas otras ocasiones, a dotar al campo de mayor longitud a fin de adaptarlo a las nuevas tecnologías y hacerlo apropiado para torneos profesionales.
Como ya se ha adelantado, merece destacar los pares 3 del recorrido, y, entre ellos, los hoyos 5, 7 y 15: no se trata de hoyos largos, ni mucho menos, pero ponen a prueba la precisión del jugador, de tal modo que el fallo de green penaliza hasta tal punto que el par puede resultar casi milagroso.
Aparte de los citados, descollan otros, como el 3, un par 5 en el que el green aparece semioculto en una depresión del terreno, metros por debajo del nivel de la calle, y el hoyo 14, un par 4 corto cuyo mayor atractivo radica en un green desprovisto de bunkers, pero no por ello desprotegido, y que requiere una precisión casi quirúrgica en su segundo golpe si se quiere obtener un resultado positivo.
En conclusión, Baltray es una visita obligada para el golfista que recale en Dublín, y promete una ronda de golf apasionante, en un club agradable y sin el halo pretencioso que encontramos en otros recorridos, incluso de mucho menor renombre.
Página web: www.countylouthgolfclub.com
Tarifas: entre 65 y 135 €, dependiendo de la estación y el día de la semana.