Waterville se halla en una de las regiones más agrestes y espectaculares de Irlanda, el Ring of Kerry (anillo de Kerry), donde las montañas se decantan abruptamente hacia el mar, dando lugar a algunas de las más típicas postales que imaginamos al evocar la isla verde.
Aunque el golf comenzó a jugarse en Waterville a finales del siglo XIX -en el escudo del club figura el año 1889-, muchos apuntan que la verdadera fundación (o refundación) del mismo ha de retrasarse hasta 1973, cuando abrió sus puertas el recorrido actual, un diseño del inefable Eddie Hackett, quien había sido contratado por un emigrante irlandés a América, John Mulcahy, quien, como un moderno indiano, decidió volver a su tierra natal una vez hecha fortuna en el nuevo continente. A ellos ha de atribuirse una de las joyas más reconocidas de entre los links irlandeses.
Es justo reconocer que el actual campo, objeto de una reciente remodelación por el arquitecto americano Tom Fazio, se halla a la altura del escenario en que se ubica, junto a una recogida y bucólica playa atlántica, y con los Macgillicuddy´s Reeks, las montañas más altas de Irlanda, casi siempre presentes en el horizonte.
El recorrido, como en tantos otros links, distingue entre dos partes o bucles con características dispares: los primeros 9 discurren por la zona más alejada de la playa, junto al estuario del río…, y por un terreno relativamente llano. Eso sí, ningún hoyo puede considerarse débil o aburrido, si bien se puede destacar los dos pares 3, el hoyo 4, Dunes, y el 6, Inny Valley.
No obstante, son los segundos 9 los que dan la medida de uno de los campos más espectaculares de Irlanda, con algunos hoyos realmente inolvidables:
El 11 (Tranquility), un par 5 de 506 yardas que parece haber sido esculpido directamente por la naturaleza, aparece literalmente encajonado entre dunas hasta llegar a un green en una plataforma superior que requiere de un preciso golpe de aproximación.
El espectacular par 3 del 12 (Mass Hole), recibe ese nombre por cuanto, en la parte baja del mismo, se celebraban misas clandestinas por la población católica durante los largos años de sometimiento al dominio británico. De hecho, por una cuestión de respeto hacia esa tradición, fue necesario trasladar el green desde la depresión en que se ubicaba hasta su ubicación actual.
El hoyo 16, que discurre junto a la playa, es igualmente digno de postal, y no le va a la zaga en este sentido el 17, “Mulcahy´s Peak”, desde donde se esparcieron las cenizas del último mentor y promotor de Waterville.
Por último, el 18, O´Grady´s Beach, es un largo par 5, también paralelo a la playa, que proporciona un final digno del desafío que representa el campo.
En definitiva, Waterville merece un puesto entre los mejores links de las Islas Británicas, tal como es unánimemente reconocido, además de una
verdadera experiencia para los sentidos.
Tarifas: 150 €.
Página web: http://www.watervillegolfclub.ie